El Señor de la reverencia
Había una vez un hombre de un reino lejano que tenía un tic raro, que en ciertos momentos inclinaba la cabeza varias veces cuando se ponía nervioso; los habitantes del reino se burlaban de él cuando mostraba aquel tic llamándolo "pollito toma agua", pero un día pasaba la Emperatriz del reino y al ver a este hombre quedó muy impresionada por sus reverencias continuas que la hicieron sentir muy halagada sin saber que el hombre se había puesto nervioso ante su presencia y desde aquel momento la Emperatriz lo nombró caballero de su corte real siendo conocido en todo el vasto reino como el Señor de la reverencia.
Comentarios
Publicar un comentario