El templo de la lujuria


El deseo por la actividad sexual de manera exacerbada hace que el cuerpo se acostumbre a buscar el placer de la carne de un lado a otro, haciendo que nuestra voluntad opte por el egoismo, donde los cuerpos llamados a ser templos del Espíritu Santo se convierten en templos de bajeza humana llamada lujuria, y va consumiendo el cuerpo en pasiones desordenadas donde sino se pone un límite puede acabar con la vida de la persona y por ende en perder la salvación eterna, busquemos a su contra parte que es el valor de la castidad que nos ayudará a controlar los apetitos de la carne y vivir el verdadero amor a Dios para bien nuestro.

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