Un, dos ... un, dos ...


El ritmo disciplinado que llevan en la vida algunas personas es admirable van avanzando en el cumplimiento de sus metas y van logrando los objetivos de su plan de vida, pero a la vez van sintiendo una sensación de vacío cuando descubren que su plan de vida era diferente al plan de Dios donde no es tan fácil determinar aquel plan que el Señor tiene asignado para nosotros, por ello es importante tener un corazón abierto a Dios para ser dócil y atento en su llamado para correr con alegría hacia Él en un ritmo contínuo de un, dos ... hacia la eternidad.

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